08/05/2024 - Edición Nº1981

Policiales | 3 oct 2014

Perpetua para el "Loco del ladrillo"

El Tribunal Oral Criminal V de La Plata lo encontró culpable de doble homicidio criminis causa y le aplicó la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado a Leonel Alejandro Suárez por dos homicidios perpetrados en los años 2006 y 2009 en las localidades de Cañuelas y Lobos..


El Tribunal Oral Criminal V de La Plata encontró culpable y condenò a la pena máxima a Leonel Alejandro Suárez  conocido como "el loco del ladrillo". Por el doble homicidio perpetrados en los años 2006 y 2009 en las localidades de Cañuelas y Lobos.
 
La fiscal de juicio Maribel Furnus, en su alegato, había solicitado se imponga la pena de prisión perpetua por homicidio criminis causa (matar para lograr la impunidad) más la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado. El tribunal, integrado en esta oportunidad por las juezas Carmen Palacios Arias, María Isabel Martiarena y Claudia Marengo, hicieron lugar al planteo de la fiscal.
 
La funcionaria entendió que Suárez es peligroso y que sufre con el dolor ajeno. Llegó a esa conclusión en base al informe de las pericias mentales al acusado.
 
La viuda de Rubén Darío Lezano (una de las víctimas) rompió en llantos. Desde el año 2006 que reclamaba el esclarecimiento del crimen.
 
Año 2006: En la localidad de Vicente Casares, partido de Cañuelas. Se sospecha que "El Negro" Suárez fue descubierto cuando intentaba robar una escopeta de una chacra y mató de un ladrillazo en la cabeza a un anciano.

Año 2009: En la ciudad de Lobos. Se sospecha que Suárez mató a su compañero de trabajo Rubén Darío Lezano para robarle la moto y dinero. Ambos trabajaban en el country Santa María, en la finca de un productor y criador de caballos de polo. Lezano fue visto por última vez el 17 de enero de aquel año. Tres días después comenzó un intenso operativo de búsqueda. Se creía que había sufrido un accidente, pero el cuerpo en estado de descomposición fue encontrado el 23 de enero en una laguna seca de esa localidad, escondido entre unos pajonales. Tenía la cabeza partida a golpes y signos de intento de calcinación del cuerpo.


Foto: El ciudadano cañuelense

Fuente:
Tintajudicial
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