Barrios Cerrados: Alerta por cercos electrificados

Altos muros, rejas, garitas de vigilancia, cámaras remotas, agentes armados, alarmas y reflectores son de los nuevos elementos que comienzan a dominar las casas en los countries, barrios cerrados y zonas exclusivas de Cañuelas. Pero lo que llamó la atención y desató el debate sobre su uso, son los cercos eléctricos, que según expertos no deberían provocar accidentes fatales siempre que estén bien instalados.

 

Producto del avance de la delincuencia urbana y potenciados por la sensación de desprotección cotidiana, los pedidos de colocación de cercos eléctricos tanto en countries y barrios cerrados, como en clubes deportivos, fábricas y hasta en casas particulares, aumentó considerablemente.

 

El objetivo del cerco eléctrico es disuadir. Técnicamente, el sistema consiste en un tendido de alambres en cuatro a seis hileras sobre muros, rejas, balcones o medianeras. Los alambres se conectan a un generador de pulsos de alta tensión, alimentado por una corriente alterna de 220 V. A través de un transformador se convierten los 220 V a 12 V, y se mantiene activado el circuito con una batería para casos de corte de energía. La descarga recibida consiste en un shock eléctrico de alto voltaje y bajo amperaje, evitando de este modo, que quien lo toque quede “pegado” o sufra heridas. El micropulso que se genera al contacto causa dolor pero no riesgos sobre la salud del intruso. En correctas condiciones de instalación, dicen quienes lo comercializan, el sistema detecta la “preintrusión” e inhibe la violación. Sin embargo, a medida que esta práctica se difunde, los accidentes se suceden. Muchas veces, los propietarios conectan el cerco directamente a la red eléctrica de 220 V y allí cualquier contacto es fatal.

 

En relación a este tema la concejal del Espacio Abierto, Carolina Torrilla, manifestó que en las próximas semanas presentarán en el Concejo Deliberante, la ordenanza que regule el uso de estos cercos eléctricos. Por ejemplo en relación a su uso en el Club de Campo La Martona, dijo que "lo hicieron dentro de su propiedad privada" y que este sería su amparo legal. Mientras que particularmente con la instalación en el barrio ALTOS DEL CARMEN, dijo que se haría presente en el mismo para ver bajo que modo se colocó, o quién autorizó su uso, ya sea la Comuna o un Privado.

 

El Presidente del Club de Campo LA MARTONA, Luis Zalamea, expresó que debido a que "la inseguridad está muy intensa, pusimos 1.4 km de cerco electrificados, mientras que los otros 14 km de zona están libres. Cubrimos la mayor parte del bosque, la cual es una zona de alto riesgo. Como ciudadano me pone muy mal vivir así. No sabemos sino están permitidos. Son 12v y a la persona no le genera un daño físico".

 

Además aclaró la situación con respecto al pago de servicios por la Comuna.  "Hay 800 copropietarios que aportan para todos los servicios del Club. Hay costos altos. Tenemos mano de obra y maquinaria propia. El Club tiene 40 años y siempre lo hicimos nosotros. A la Comuna le pagamos 270 mil pesos por sus servicios y no se brindan, lo hacemos por una cuestión de solidaridad".