16/04/2024 - Edición Nº1959

Interés General | 23 oct 2016

Un cañuelense encargado de diseñar las casas que se usarán en Marte

En una interesante entrevista con la REVISTA VIVA de Clarín, el ingeniero aeroespacial Pablo de León, oriundo en Cañuelas, contó cómo trabaja en el diseño de las casas y los trajes que se usarán en Marte.


Nota publicada por Revista VIVA - Clarín:
 
Pablo de León está convencido de que, en el futuro, la especie humana será biplanetaria porque habitará aquí y en Marte. Esa idea es la que lo impulsa cada mañana para construir en el laboratorio de la Universidad de Dakota del Norte el prototipo de lo que será la primera base en el planeta rojo, así como los aparatosos trajes que usarán sus ocupantes. No es ciencia ficción, ni el guión de una película. Es ingeniería real, con una visión de amplio espectro: el programa de la NASA que llevará al hombre, literalmente, a otro mundo.

¿Cómo se opera un instrumento con la mano enjaulada en un guante que ha sido presurizado? ¿Qué pasa si un astronauta en Marte se pelea con otro y quiere estar solo? ¿Y si le duele la muela? ¿O se rompe el baño? De León se tiene que hacer todas estas preguntas porque cada circunstancia, cada contingencia, tiene que tener sí o sí una solución antes de 2030, cuando la NASA inicie la cuenta regresiva del lanzamiento de Orion, la nave que llevará a los astronautas a Marte.

Por eso, De León (Cañuelas, 1964) se siente escribiendo la historia. "Uno es partícipe de una gran aventura de la humanidad", afirma el ingeniero aeroespacial. Cómo hizo este argentino para estar en el centro de la movida marciana es una pregunta que no se responde preguntando en qué universidad estudió, sino viajando a su propia infancia, cuando jugaba con cohetes que fabricaba en el patio. "Desde que tengo uso de razón, el espacio fue mi pasión. Pasar cuatro años en una carrera no te prepara para lo que hago. Se va dando de a pasos muy lentos", indica.
 
La NASA no era lo único que le volaba la imaginación a De León. En la Argentina ya había actividad aeroespacial, y sobre ella escribiría una historia contada en dos tomos (así de polifacético y apasionado es el personaje). Se hacían lanzamientos desde Mar Chiquita, en Córdoba, y Chamical, en La Rioja. "No teníamos complejo respecto de Canadá o Australia: nosotros habíamos avanzado más. Venían de los Estados Unidos, de Alemania, de Francia, a querer hacer experimentos porque era el único país que tenía potencial para hacer lanzamientos suborbitales", recuerda ahora. "Yo pensaba entonces que cuando tuviera 30 años iba a estar lanzando cohetes siempre", dice. Pero la vida le reservó otra cosa.
 
Hoy está en Dakota del Norte, donde los inviernos son largos y muy blancos. Sin embargo, hubiera preferido otra cosa. "Nunca tuve interés en trabajar en los Estados Unidos. Pero por la debacle en la Argentina no me quedó otra opción", cuenta.

¿Cómo se diseña una base para Marte? Se empieza por conocer el medio ambiente. De él, se sabe bastante porque desde 1975, la NASA ha estado mandando robots al planeta, comenzando por Viking I. "Marte está más lejos del Sol y tiene una atmósfera muy tenue, que tiene apenas el 1 por ciento de la densidad de la atmósfera terrestre.
En el verano marciano puede hacer unos 20° y en los polos 100° bajo cero, lo que es más frío que la Antártida. Hay que proteger a los astronautas de esas condiciones extremas con hábitats inflables, que ocupen poco espacio. Los nuestros son resistentes y están hechos con los mismos materiales que los trajes espaciales".
 
Tan importante como esto es anticiparse a cada problema que pueda ocurrir, ya sea en el viaje como en la estadía, que duraría unos tres años en total. Todo esto, desvela a De León. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si justo al médico de la misión le da un ataque de apendicitis? "Debido a la gran distancia, no podés tener una respuesta inmediata desde la Tierra. Hay una demora de 20 minutos. Esto nos obliga a replantear cómo se hacen las cosas. Y hay gente súper inteligente trabajando en eso".

El ingeniero aeroespacial dirige un equipo multidisciplinario de más de 30 personas. Hay especialistas en nutrición, en plantas, en gravedad cero, psicólogos. Entre todos piensan la vida en el planeta rojo. Mientras estén adentro de la base, los astronautas no necesitarán el traje. Cada uno, tendrá su propia habitación. El baño es sencillo, pero completo. Hay una zona para rehidratación de la comida, una sala de estar, un centro de recreación, una sala de máquinas.

“Lo más interesante de Marte aún se está por descubrir, cuando lleguen los primeros humanos. Hoy, por primera vez, tenemos los medios tecnológicos como para alcanzar el planeta más cercano del Sistema Solar. Eso no es poca cosa”, se ilusiona.
 
"Marte es el planeta más parecido a la Tierra y el más adaptable a la colonización humana", comenta. Y asegura:
"Dejaremos de ser una especie uniplanetaria, seremos una especie multiplanetaria. Pasaremos a habitar más de un planeta del Sistema Solar y eso es increíble. Es como ver al primer pez convirtiéndose en anfibio, moviéndose del agua a la tierra. Es un salto evolutivo maravilloso y poder estar viviéndolo es algo apasionante". 
 
 
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